Los
cristianos primitivos que pasaron por todas estas pruebas, se consideraron
afortunados por ser dignos de sufrir por el nombre del Señor, el escritor de
Hebreos dice: “El despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que
tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos” Hebreos
10:34, mientras que hay muchos cristianos que se sienten desgraciados por el
sencillo hecho de encontrarse con una pequeña dolencia, una circunstancial
falta de trabajo, una pequeña dificultad económica; cosas que hacen que nos
sintamos al borde de la destrucción total y nos molestemos por estas cosas tan
insignificantes.
¿Qué clase
de actitud cristiana es esa?, Dios nos permite diversas pruebas, como nos dicen
las Escrituras, porque las necesitamos y nos enseñan lecciones que de otra
forma no aprenderíamos, y si no las experimentamos, seríamos cristianos
débiles, sin el carácter de Cristo e incompletos, incapaces de enfrentar las
grandes responsabilidades que se nos encomienden el día que el Señor nos lleve
a trabajar en la plenitud de su servicio.
El segundo
instrumento que nos hace crecer en la fe, es la palabra: “Pero sed hacedores de
la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque
si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al
hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a
sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la
perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor
olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”
Santiago 1:22-25; es decir que lo que nos hace crecer en la fe es la palabra de
Dios, y expresada por medio de nuestras acciones.
“La fe es
por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”dice Pablo a los romanos, pero la
realidad es que nadie puede fortalecerse en la fe descuidando la lectura de la
Biblia, no se crece en la fe solamente escuchando al pastor el domingo; ¿Cómo
podemos saber cuáles son los pensamientos de Dios, sus cosas más profundas, los
secretos ocultos de la vida, a menos que pasemos tiempo leyendo el libro que
las revela?, no hay ninguna otra forma, no hay universidad ni escuela para
esto, de manera que deje que su fe crezca regocijándose en las pruebas,
entendiendo y siendo fiel a la Palabrade Dios. Y, ¿Qué sucede cuando falla la
fe? ¿Qué pasa si no ponemos la fe en práctica? ¿Qué pasa si es cristiano, pero
no vive por fe y no cree lo que ha dicho y ha hecho el Señor?; bueno, en primer
lugar surgen las guerras y las peleas cuya causa directa es la falta de
oración, porque la oración es un ejemplo de la fe, es la expresión más perfecta
de la fe porque es la manifestación explícita de la dependencia en Dios,
entonces “Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis
alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís”
Santiago 4:2, ése es el problema, no le pedimos nada a Dios en la forma más
normal, en un diálogo con Él, en oración, y esa falta de comunión es el
resultado directo de la falta de fe.
Como
dejamos de confiar en el Señor, no le pedimos ni dependemos de Él, entonces se
introduce el amor por el mundo, y “¿No sabéis que la amistad del mundo es
enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se
constituye enemigo de Dios” vs 4; y si deja usted de creer en lo que dicen las
Escrituras, se dará cuenta que se está dejando arrastrar por las mentiras y las
ilusiones engañosas del mundo que le rodean. Luego comenzará a pensar que “las
cosas son importantes y que el estar a la misma altura que el vecino es una
parte importante de su vida”, y su dinero comenzará a seguir esa dirección,
invertirá su tiempo y su dinero en esas cosas, y no en las de Dios, y no tardará
en dejarse llevar por la vanagloria del mundo, lo que es, una vez más, el
resultado directo de la falta de fe.
Y como
consecuencia de esto, viene el otro resultado de la falta de fe, “la seguridad
presuntuosa”, dada por las posesiones materiales, la posición social, o el
nivel intelectual, a lo que la Biblia dice : “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy
y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y
ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida?
Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se
desvanece” Santiago 4:13-14; dice esto por aquellos que hacen sus propios
planes, basados en sus propios criterios, y confiando en sus propios tesoros
“En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos
esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia
semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” vs
15-17, es decir, deberían reconocer que solo Dios puede permitir hacer planes
para el futuro y llevarlos a cabo. En otras palabras, no pienses siempre acerca
de vuestra vida conforme a tus conceptos y criterios, sino, buscar la voluntad
de Dios, recordando que “Es, pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve”.
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