viernes, 12 de junio de 2015

Los cristianos primitivos que pasaron por todas estas pruebas, se consideraron afortunados por ser dignos de sufrir por el nombre del Señor, el escritor de Hebreos dice: “El despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos” Hebreos 10:34, mientras que hay muchos cristianos que se sienten desgraciados por el sencillo hecho de encontrarse con una pequeña dolencia, una circunstancial falta de trabajo, una pequeña dificultad económica; cosas que hacen que nos sintamos al borde de la destrucción total y nos molestemos por estas cosas tan insignificantes.
¿Qué clase de actitud cristiana es esa?, Dios nos permite diversas pruebas, como nos dicen las Escrituras, porque las necesitamos y nos enseñan lecciones que de otra forma no aprenderíamos, y si no las experimentamos, seríamos cristianos débiles, sin el carácter de Cristo e incompletos, incapaces de enfrentar las grandes responsabilidades que se nos encomienden el día que el Señor nos lleve a trabajar en la plenitud de su servicio.
El segundo instrumento que nos hace crecer en la fe, es la palabra: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” Santiago 1:22-25; es decir que lo que nos hace crecer en la fe es la palabra de Dios, y expresada por medio de nuestras acciones.
“La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”dice Pablo a los romanos, pero la realidad es que nadie puede fortalecerse en la fe descuidando la lectura de la Biblia, no se crece en la fe solamente escuchando al pastor el domingo; ¿Cómo podemos saber cuáles son los pensamientos de Dios, sus cosas más profundas, los secretos ocultos de la vida, a menos que pasemos tiempo leyendo el libro que las revela?, no hay ninguna otra forma, no hay universidad ni escuela para esto, de manera que deje que su fe crezca regocijándose en las pruebas, entendiendo y siendo fiel a la Palabrade Dios. Y, ¿Qué sucede cuando falla la fe? ¿Qué pasa si no ponemos la fe en práctica? ¿Qué pasa si es cristiano, pero no vive por fe y no cree lo que ha dicho y ha hecho el Señor?; bueno, en primer lugar surgen las guerras y las peleas cuya causa directa es la falta de oración, porque la oración es un ejemplo de la fe, es la expresión más perfecta de la fe porque es la manifestación explícita de la dependencia en Dios, entonces “Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís” Santiago 4:2, ése es el problema, no le pedimos nada a Dios en la forma más normal, en un diálogo con Él, en oración, y esa falta de comunión es el resultado directo de la falta de fe.
Como dejamos de confiar en el Señor, no le pedimos ni dependemos de Él, entonces se introduce el amor por el mundo, y “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” vs 4; y si deja usted de creer en lo que dicen las Escrituras, se dará cuenta que se está dejando arrastrar por las mentiras y las ilusiones engañosas del mundo que le rodean. Luego comenzará a pensar que “las cosas son importantes y que el estar a la misma altura que el vecino es una parte importante de su vida”, y su dinero comenzará a seguir esa dirección, invertirá su tiempo y su dinero en esas cosas, y no en las de Dios, y no tardará en dejarse llevar por la vanagloria del mundo, lo que es, una vez más, el resultado directo de la falta de fe.

Y como consecuencia de esto, viene el otro resultado de la falta de fe, “la seguridad presuntuosa”, dada por las posesiones materiales, la posición social, o el nivel intelectual, a lo que la Biblia dice : “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” Santiago 4:13-14; dice esto por aquellos que hacen sus propios planes, basados en sus propios criterios, y confiando en sus propios tesoros “En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” vs 15-17, es decir, deberían reconocer que solo Dios puede permitir hacer planes para el futuro y llevarlos a cabo. En otras palabras, no pienses siempre acerca de vuestra vida conforme a tus conceptos y criterios, sino, buscar la voluntad de Dios, recordando que “Es, pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

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